Dice Joan Manuel Serrat: A menudo los hijos se nos parecen, y así nos dan la primera satisfacción... Los niños son sin dudas una pequeña gran bendición. Llegan; se instalan, nos hacen ver el mundo diferente, no piden venir, pero están acá y con solo apreciar su ternura nos llenan, nos hacen reflexionar, sentir, amar...son capaces de acabar con discusiones de familia, son capaces de llenar un lugar con sus pequeños gestos, sus pequeñas sonrisas, esos locos bajitos, que hacen todo lo que les parece, que dicen lo que sienten, que nos miran a los ojos y nos dicen que nos quieren, son esos locos bajitos los que llenan de alegria los hogares, que llenan de huellas de lodo los corredores, que botan todo, y no dejan nada en su lugar, pero que el verlos andar por ahí, corriendo y jugando nos produce alegria y satisfacción...
Y son esos locos bajitos los que manchan las paredes, los que hablan con amigos imaginarios, a los que les gustan los cuentos, a los que comen galletas en la cama mientras hablan de sus amigos, a los que se duermen en tu regazo después de un largo día. Y son esos locos bajitos los que cuidamos, porque queremos que sean los mejores, que sean actrices, bomberos, policias, que sean principes o princesas...Son esos locos bajitos, los que a diario nos enseñan que ellos aprenden de nosotros, pero que son diferentes...Son esos locos bajitos que con frases sencillas nos dan grandes lecciones...A esos locos bajitos que se divierten sin ninguna preocupación, que se tiran en la cama, y nos prestan atención...
Son esos locos bajitos; mis sobrinas/os, y a cada uno los quiero por todas aquellas cosas que los hacen especiales, por cada una de las cosas que hacen, porque aprendo muchas cosas de ellos, porque con un abrazo me hacen sentir mejor. Porque me llenan el corazón cuando con sus pequeñas bocas y con ternura y amor, hacen resonar en mis oidos las siguentes palabras: Tio, te quiero...Bendiciones a mis locos bajitos y a ustedes...
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Jean Jacques Rousseau
Alce Negro
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Joan Manuel Serrat - Esos locos bajitos